miércoles, 12 de enero de 2011

Subiendo nota...

Para los estudiantes extremeños hoy puede que sea un gran dia. La nueva Ley de Educación de Extremadura recogerá la posibilidad de que los profesores mejoren sus retribuciones en función de los sobresalientes que pongan. Con independencia de la alegria que esta medida pueda producir en ambos sectores, la verdad es que por más que la miro no le encuentro la lógica por ningún sitio.
No tengo muy claro (¿o quizá debería decir que tengo muy claro que no?) que mejorar las retribuciones de los profesores en función de las mejores notas de los alumnos sea una buena forma de mejorar el sistema educativo. El aprendizaje (y la nota, como consecuencia del mismo), debe ser cosa del estudiante, del mismo modo que es responsabilidad del profesor la enseñanza en las mejores condiciones para conseguir que el alumno aprenda al máximo y obtenga las máximas calificaciones, no por una rebaja en el nivel sino por una mejor capacitación.
En España, no acabamos de ver el paralelismo entre formación y competitividad. No entendemos que las notas de hoy son las competencias del mañana y que esas competencias no son más que las futuras oportunidades de empleo.
Con la apertura de fronteras y la libre circulación de trabajadores en el territorio europeo, nuestra competencia ha crecido tanto como se ha reducido nuestra competitividad. Ahora tenemos la “obligación” de atender las solicitudes de empleo de ciudadanos europeos, pero carecemos de la preparación necesaria para competir con ellos en sus países. Dicho desde otra perspectiva, debemos dejar entrar y debemos prepararnos para salir.
Si lo que buscamos es un buen posicionamiento internacional, no bastará con hacer un sistema educativo flexible y adaptado con multiples facilidades para los alumnos, porque esto acabaría viciando el sistema y consiguiendo que su prestigio fuese devaluado como el de cualquier universidad de tercera categoría. El sistema debe mejorar en sentido ascendente, en conseguir mejor formación y mejor capacitación (y, como consecuencia, mejores calificaciones), pero mientras el objetivo intente cumplirse rebajando el nivel de exigencia, esa será la primera asignatura pendiente de los graduados.
Probablemente, los estudiantes de hoy no lo ven así (incluso me atrevería a decir que mis alumnos empezarán a asustarse si leen esto antes del examen del próximo lunes). En verdad, tampoco yo lo hubiese visto tan claro cuando era uno de ellos, pero eso no es más que otra asignatura pendiente: el conocimiento del mundo laboral antes de estar inmerso en él (pero, si os parece, este tema lo dejaremos para una próxima entrada)
Y respecto al examen, ánimo y tranquilidad. Nosotros no cobramos más por los sobresalientes, pero lo compensamos con la alegría que nos da cada vez que ponemos uno.

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Desde el punto de visto del estudiante: lo atractivo de aprobar un examen es la posibilidad real de suspenderlo.

    "No entendemos que las notas de hoy son las competencias del mañana y que esas competencias no son más que las futuras oportunidades de empleo" El batacazo se lo dan muchos porque las notas, a veces,te las regalan, los trabajos no.

    La cultura del esfuerzo y el trabajo se está perdiendo y se acentúa con medidas de este tipo. Arrastramos al empobrecimiento de una sociedad. Quizás, esta crisis sea peor que la económica.

    un saludo
    Luis

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