sábado, 8 de enero de 2011

Viviendo deprisa

 Dicen los dietistas que para tener una buena digestión es necesario masticar despacio y bien los alimentos antes de ingerirlos. De esta forma, además de facilitar la labor de nuestro organismo, conseguiremos saborear más cada bocado y disfrutar más de lo que comemos.
Aunque pueda parecerlo, por el comienzo de esta entrada y por las fechas en que estamos, no pretendo hablar de las recientes comidas navideñas ni de las pesadas digestiones que provocan estos excesos. Si en algo puedo hacer una referencia a las recientes fiestas, es en que se han acabado las celebraciones y, probablemente, apenas nos hemos dado cuenta de todo lo que hemos vivido y de todo lo que hemos pasado.
Realmente, esto no solo nos ocurre en navidad, sino que es una constante en la mayoría de cosas que nos pasan. Solemos dedicar más tiempo a pensar en lo que tenemos que vivir a continuación que a disfrutar lo que estamos viviendo en cada momento. Nos damos más cuenta de lo vivido cuando lo recordamos que cuando lo vivimos. No es que sea malo tener buenos recuerdos, por supuesto que no, pero seguro que esos recuerdos serían mejores si hubiésemos vivido con más intensidad cada momento.
Todo ocurre porque siempre vivimos el “ahora” pensando en el “después”. Ya puede ser bueno o malo, pero solemos estar en el presente pensando qué vendrá en el futuro en vez de estar aprovechando el presente al máximo.
Habría que aprender a masticar bien cada momento que vivimos, disfrutar más de cada uno de los aspectos de la vida. Se puede vivir rápidamente y se puede disfrutar viviendo, pero si elegimos la primera opción, nos daremos cuenta de lo vivido cuando, probablemente, ya no tengamos tiempo para disfrutarlo.
Mastiquemos bien cada paso. Disfrutemos cada día, cada cosa, cada momento y seamos conscientes de que nunca podremos repetir cada instante, de que el tiempo es como el café…. puede ser mejor o peor, pero nunca hay dos iguales.

2 comentarios:

  1. Hola Carlos! Es una reflexión muy interesante, ser conscientes de lo que estamos haciendo es el primer paso. El ritmo del día a día y las prisas para todo hacen que dejemos de saborear los buenos momentos que, en ocasiones son menores, pero más intensos.

    ResponderEliminar
  2. Hola Ana! Seguro que si los saboreamos todos nos damos cuenta de que los malos no son tan malos y que los buenos son mucho mejores de lo que pensabamos. Ahora falta saber como hacerlo.

    ResponderEliminar