Hace unos dias, leíamos en Internet que las series infantiles de Clan TV habían superado en audiencia a la entrevista del Presidente del Gobierno en Veo7. No siendo un dato relevante, ni referido a ninguno de los canales “principales” de la parrilla televisiva, sí que invita a hacer una reflexión acerca del interés de los españoles por la política o, como siempre digo, por los políticos.
Desde hace muchos años, se ha aceptado la idea de que los jóvenes no demostrasen un abierto interés por quienes dirigen (y por cómo dirigen) nuestras administraciones públicas. Pero, ahora, lo que debe empezar a preocuparnos es que ese desinterés sea creciente entre la juventud y alcance, cada vez más, a quienes no son ya tan jóvenes.
Si tenemos en cuenta que la sociedad española atraviesa hoy por una situación en la que hace ya años que no nos veíamos (un paro que supera el 20%, con un desempleo juvenil del 43%, las crecientes dificultades de acceso al crédito, la prolongación hasta los 67 años de la vida laboral, los contínuos recortes de prestaciones sociales,…), es fácil entender que nos resulte más creible que Dora,
Lo de la política española es, sin duda, una cuestión de credibilidad, pero también de reciprocidad. Mientras los políticos no se paren a escuchar a los ciudadanos, los ciudadanos se resistirán a seguir escuchando a los políticos. No es la sociedad quien se desvincula de la política, sino la política quien se ha desvinculado de la realidad.
Nuestra sociedad solo pretende que sus dirigentes cambien las palabras por los hechos, que vivan una misma realidad y que conozcan los problemas reales del día a día y actúen para resolverlos. Mientras tanto, seguiremos entreteniéndonos con series juveniles que, aunque sea solo por veinte minutos, distraigan nuestra atención de los problemas de cada día.
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